El Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria y la Fundación Martín Chirino, en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria, celebrará su IX Semana de la Arquitectura 2023 del 29 de septiembre al 6 de octubre, siendo el acontecimiento anual de mayor relevancia social para esta institución.
En esta edición, con el lema “La huella de la Arquitectura: Ciudad y Sociedad – Miguel Martín-Fernández de la Torre”, se propone iniciar una reflexión conjunta, continuada y crítica, más allá de las fronteras disciplinares y temporales, acerca de los procesos configuradores en la definición de la más adecuada huella arquitectónica con la que una sociedad marca su impronta en el entorno físico en el que vive: tanto en su espacio construido como en su espacio natural.
Procesos configuradores que, originados en y desde ámbitos diversos de nuestra sociedad, mediante la confrontación constructiva de las ideas y el debate de los objetivos a conseguir sirvan para reforzar el vínculo indispensable que ha de existir siempre entre arquitectura y ciudadanía.
En la década de los años 20 del siglo pasado, nuestra sociedad insular también era una sociedad postpandemia que, aun estando afectada por las secuelas de la “gripe española”, quiso optar por el desafío de su modernización motivada por la inminente consecución de su ansiada consideración (junto con Fuerteventura y Lanzarote) como nueva provincia de las Islas Canarias, antesala de la posterior capitalidad regional compartida de la ciudad Las Palmas de Gran Canaria.
En 1922 Miguel Martín-Fernández de la Torre vuelve a Las Palmas de Gran Canaria, a solicitud del Alcalde José Mesa y López, con el objetivo de acometer la ampliación y modernización de nuestra ciudad; iniciándose con ello un proceso de configuración y planificación de sus futuros desarrollos urbanos e hitos arquitectónicos cuya huella nuestra sociedad continúa considerando como un referente imprescindible.
A lo largo de su extensa trayectoria profesional fue un arquitecto enormemente prolífico abarcando un amplio abanico de programas, escalas e incluso diferentes plásticas; localista en ocasiones y vanguardista en momentos señalados, no es posible un relato de la condición urbana de nuestra ciudad sin aludir a su figura y su especial encaje con su sociedad.
Esa sociedad plena de deseos de un mejor porvenir encontró en la figura de este arquitecto, entre otros, al operador capaz de construir la imagen deseada de sí misma, y esto constituyó un especial escenario donde la interacción particular entre arquitectura y ciudadanía hizo posible configurar espacial y culturalmente una valiosa serie de episodios felices en una relación natural.
El escenario actual ya no es ese, diversas injerencias han alterado ese vínculo relacional en nuestra sociedad contemporánea, en la cual parece que el cómo se ha de intervenir, de la manera más adecuada, en nuestro entorno físico de acuerdo con los intereses generales de nuestra sociedad ha dejado de tener la importancia debida para los agentes decisorios concernidos.
Los intereses generales de nuestra sociedad, en su conjunto, respecto de los aspectos cualitativos del entorno en el que vive son atemporales y transcienden más allá de visiones cortoplacistas en base a criterios e intereses particulares.
Nuestras ciudades se implantan en un territorio insular que por serlo es frágil y limitado y por ello requiere de un mayor cuidado con las huellas que en el mismo encontramos y dejamos.
Abrir debates de reflexión, a partir de aquí y ahora, para optar por mejorar nuestra percepción y modos de actuación, la de todos, es nuestra opción la que aquí planteamos como un desafío de presente y con futuro.
Juan Torres Alemán
Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria
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